Παρασκευή 31 Ιουλίου 2020

48 Horas En Valencia Por Primera Vez. Enero 2015

Este fin de semana decidí pasarlo en Valencia, destino súper especial y querido porque fue un reencuentro con la familia: Ana y Pedro (sería la primera de mis 3 vistas hasta ahora). Este par había estado en Chile meses antes me recibió con todo el cariño y me mostraron su propia versión de la ciudad (por adopción de la Madrileña), con toda la tradición, la comida, la bebida y  los amigos.

Tomé el AVE en Atocha y luego de una hora y media estaba en la Estación de Joaquín Sorolla, donde me recibieron con abrazos cariñosos y muchos planes para el fin de semana, además de una habitación hermosa (con la a estas alturas famosa cama-come-niñas, que también se intentó tragar a a la Marce cuando estuvo allá).

Como esta visita fue de corte familiar estuve fuera del circuito más turístico de la ciudad, aun cuando los anfitriones diseñaron una ruta perfecta y me llevaron a los puntos imperdibles e incluyeron- además de lo obvio- almuerzos familiares con las hijas y los hermosos nietos de Pedro, salidas a la compra, a comer y de copas con el grupo de amigos de los primos.

Como buen viernes que llegué, ellos habían planificado salir a comer con su grupo de amigos, así que solo cruzamos el Puente de Las Artes y ya! ... llegamos a Marruecos ...  situado en el restaurante más bonito: Dukala, donde además de probar la Bastela Azama, de pollito con canela (más conocida como Pastilla o Pastela Marroquí) y todo el sabor del Ras el Hanout, conversamos y brindamos por el reencuentro y nos pusimos al día con todas las noticias familiares.



La casa de Ana y Pedro es maravillosa, me encantaría subirla completa porque es como el Blog del decorador; mi prima es loca por las restauraciones, por eso el piso entero tiene piezas hermosas, que me recuerdan tanto a la casa de nuestra abuela, pero a la vez con toques modernos que la hacen adorable, el mejor Airbnb del mundo. 



El mesón de la cocina -roja y moderna- siempre tuvo algo delicioso para desayunar o merendar (incluido el sumo de naranjas valencianas), y para el almuerzo  Salmorejo y bacalaos preparados con maestría, el pancito recién comprado en el horno de la calle de abajo y el verdadero Arroz Valenciano desprovisto de todos sus mitos, y cuya preparación pude presenciar y registrar paso por paso.


En el rubro de paseos recorrimos los sectores más importantes de la ciudad, en gratas caminatas. Saliendo de casa sólo cruzamos por sobre los Jardines de Turia que ocupan el antiguo cauce del río convertido hoy en un parque que atraviesa la ciudad y arribamos al Barrio del Carmen.

Esta porción de la Ciutat Vella es milenaria y está llena de detalles encantadores, como la Casa de los Gatos de la calle Museo, que sirve como la más bella entrada a los gatitos que circulan por el lugar.


Pasear por sus calles angostitas es de lo más entretenido, hay muchos restaurantes (uno chileno camuflado "Wena Poh" ) y tiendas bellas. Acá fue posible adelantar un poco lo que  pude vivir al año siguiente  cuando visité la ciudad durante Las Fallas, y por aquí mismo circulaban pasacalles, bailes y muchísima gente vestida con trajes tradicionales.


El barrio está rodeado por antiguas murallas de las que se conservan dos grandes torres, que datan del medioevo. La Torre de los Serrano, es bella por los lados, se puede visitar y es parte del alma de Las Fallas.



Siguiendo la caminata llegamos a la Plaza de la Virgen, emplazada en el antiguo Foro Romano, donde en época de Fallas se sitúa una Virgen gigante, a la cual se le ofrendan flores que empiezan ordenadamente a adornar su capa hasta quedar totalmente cubierta con las más lindas formas. (Muy cerca está uno de mis lugares favoritos el Café de las Horas, que descubriría en la visita del año siguiente)



La Catedral Basílica de la Asunción de Nuestra Señora de Valencia preside la plaza con su fachada circular y Barroca, está emplazada también sobre vestigios romanos y data sus primeras partes del siglo XIII y posteriores del XV.


Su interior es enorme, y conviven su arquitectura exterior con su interior perfecto con pinta de museo, pero a la vez iglesia viva. Se jacta además de mantener obras de arte que van desde frescos del Renacimiento hasta obras del mismísimo Goya.


Pero su joya más preciada es la Capilla del Santo Cáliz. Se dice que aquí se guarda el verdadero cáliz de la última cena de Jesús, que  tras  años de ser ocultado de los musulmanes terminó albergado en Valencia por orden de Alfonso V El Magnánimo. 

Sé que muchos lugares se adjudican la posesión del Cáliz, o el Santo Grial, pero pensar que podría haber estado parada frente a frente a una de las reliquias más buscadas del mundo, y de la pieza más importante de la tradición católica fue muy conmovedor y demanda ponerse a investigar un poco más. (La visita a esta capilla es la única que se paga)



Terminada la parada cultural y previos buñuelos para acompañar, seguimos nuestra caminata  por la Plaza de la Reina hacia el centro, que es amplio, verde y muy ordenado. Recorrimos la enorme avenida con vista a los edificios más hermosos, muchos de ellos con herencia del estilo Art deco.



Una de las visitas más bonitas y novedosas para mí fue la Placa Ronda o Plaza del Clot, que data de 1840, y es invisible desde fuera de sus  cuatro entradas. Esconde un edificio tan habitacional como comercial, en especial del rubro de telas, encajes y pasamanería.



Desde ahí continuamos caminando y dimos con el Mercado Central de la ciudad que es a la vez joya arquitectónica y gastronómica. Data de 1914 y está construido en fierro, pero con coloridos vitrales, que lo hacen de los mercados más bonitos que he visitado.


Su cabida es enorme, hay muchísimos locales todos con brillantes colores de las frutas, fresones, tomates y naranjas, además de productos del mediterráneo y a muy buenos precios. Nosotros compramos algunas cosas para el arroz que más tarde comeríamos en casa. 




Tan solo cruzando está el edificio magnifico de la Lotja de la Seda, que data del siglo XV y se encuentra listada como Patrimonio de la Humanidad de UNESCO desde 1996.

Este edificio es testimonio del siglo de oro de la Valencia Medieval en el que sirvió como sede del comercio mundial (en especial de los textiles, que le da el nombre) de tal entidad que la convirtió en una de las ciudades más prósperas del Mediterráneo y a este edificio de los más esplendorosos de la zona.



Por fuera el edificio tiene decenas de gárgolas y figuras de variadas índoles como ángeles, monstruos y un señor cagando o fornicando con el edificio no se sabe... Ana me contaba que se le conocía como el Caganer y es una más de las muchas figuras que están en poses sugerentes o lujuriosas, probablemente, conforme se señala dada la época del edificio, para aleccionar a los visitantes y alejarlos de los pecados que representan.


Otra salida (que era obvia por las rebajas), mientras Pedro dormía siesta, fue la ida al Nuevo Centro cerca de la casa de Ana, donde conversamos y "vitrineamos" (conjugación verbal que mata de la risa a Ana), sobre todo el Corte Inglés en especial el corner de Sephora, que aún a esta fecha no llega a Chile y que tenía un serum de vitamina C maravilloso de marca propia, que no pude encontrar de nuevo.

Ya el domingo de vuelta al turismo, nos dedicamos a recorrer otra porción insigne de la ciudad y que es realmente una maravilla: la ciudad de las Artes y las Ciencias.

Esta obra del arquitecto Santiago Calatrava (admirado por mi amiga Cathy), data de 1996 y es impresionante por su cabida (alberga el Oceanografic, el Palau de les Arts, Museu de les ciencies, un cine y un planetario) y porque es blanco y hermoso, destacando como si no fuera de este mundo de  tan moderno. 






Es difícil no conmoverse con tal nivel de detalles. Había visto algunas obras de Calatrava en Buenos Aires y Jerusalen, pero eran sólo puentes. Acá su genio se extiende por todo tipo de construcciones que son hermosas en sí mismas, pero se potencian en el conjunto, más aún combinadas con lagunas, paseos y pasadizos, todos espectaculares-.


En Valencia todo es tradición: medieval, de mercaderes como pude ver en la Lonja y de oficios, pero la más insigne de ellas sin duda son Las Fallas, que han lanzado a la ciudad a la fama mundial (que tuve la suerte de vivir de nuevo de  la mano de Ana y Pedro en marzo de 2016), declaradas patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por UNESCO y que habitan en el inconsciente colectivo como una fiesta alegre de fuego y renovación.

Esta tradición se remonta al siglo XVI, cuando cada día 19 de marzo, el día de San José, celebrando además la llegada de la primavera,  los carpinteros del gremio quemaban las piezas que les servían para iluminar los talleres en invierno ... todo en la calle armando una pequeña pira frente a sus talleres.


Esta fiesta que se realiza año a año de casi 20 días de conmemoración  en la actualidad incluyen la Plantá que es la instalación de las obras de arte que hoy son llamadas Ninots - evolución de las piras de antaño- que representan en clave de sátira de los hechos sociales y políticos del año, siguiendo con la Mascletá (gran explosión de petardos) que se realiza a diario en la Plaza del Ayuntamiento, la ofrenda Floral en la Plaza de la Virgen y tristemente termina en la noche del 19 de marzo con la Cremá, cuando se queman todas las fallas, salvo el Ninot Indultat.


Ese día tuvimos la suerte de ver una sesión de fotos de los y las Falleras, quienes honran la tradición año a año con sus hermosos trajes y perfectos peinados, así que nuestro paseo súper modernista se llenó de color y tradición, que hace una perfecta síntesis de lo que me pareció a mí la Valencia actual.



Terminado nuestro paseo y sesión de fotos, nos trasladamos a la Marina Juan Carlos I, que es la Marina de Valencia, y que recuerda que además de tradición fallera y futurismo la ciudad tiene también tradición marítima,   de hecho es el puerto más grande de España y uno de los 5 top de mayor tráfico de Europa.

Caminamos tranquilos disfrutando del sol de invierno, encantados con la inmensidad del Mediterráneo y del movimiento que a esa hora era destinado mayormente al deporte.



Tomamos el aperitivo en uno de los restaurantes de la playa Las Arenas, con vista al enorme Hotel Balneario Las Arenas, y seguimos el paseo hacia la Playa de la Malvarrosa.



Ya regresando al auto encontramos a un conocido: el buque escuela Sebastián Elcano, que ha estado varias veces en mi vecino Valparaíso y que se identifica fácil para los chilenos, porque es gemelo de nuestra bella Esmeralda, con sus 4 palos.


El resto de la tarde nos dedicamos a regalonear y seguir disfrutando de la compañía hasta que llegó la hora de decir hasta pronto (volvería en fallas el 2016 y en verano de 2017) y volver a la universidad a Toledo, así que me fueron a dejar en una sentida despedida a la estación de trenes, desde donde partí feliz y agradecida por poder disfrutar de esta magnífica ciudad y de mi familia Valenciana.


Próximo destino: Matrimonio en Rapa Nui. 3D/2N. Junio 2015


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MYANMAR & QATAR 2014 December


El recorrido que elegimos ha sido una experiencia increíble y nos hemos dejado llevar de un lugar espectacular a otro más todavía. Nos ha encantado, de verdad. Han sido pocos días (10 noches) pues es mucho lo que había para ver, así que hemos preferido ver poco pero bien, aunque nos hemos dejado cosas muy guapas por visitar…. Sabíamos con seguridad que este iba a ser un viaje muy especial: toda la gente que conocíamos que había estado allí, viajeros como nosotros, ya nos anticiparon que aquello era impresionante.  

Mingalába! significa Hola! y ha sido la palabra más repetida en todos los sitios. No recuerdo las veces que nos hemos tenido que descalzar para entrar a templos (en los que además nada de piernas ni hombros al aire): tengo los pies "pelaos"!. El tiempo ha sido bueno (32-22 en la costa, y 25-10 en el interior) y no nos ha llovido ningún día. Pocos mosquitos, era temporada seca. En verano (época lluviosa y de monzón) se desaconseja visitar Myanmar (Birmania).

Me ha llamado la atención: la sonrisa y actitud de la gente, los templos, pagodas y estupas, el ambiente de recogimiento y espiritualidad, una cuisine d-e-l-i-c-i-o-s-a (con gran influencia de China e India, bastante picante, guay!!), los amaneceres y puestas de sol espectaculares que tuve la fortuna de ver y fotografiar, pero sobre todo la enorme satisfacción con la que nos quedamos tras repartir en un colegio de Ngapali la friolera –se dice pronto- de más de 50 kg. de ropa, unos 20 kg. de material escolar, 3 ordenadores portátiles y un montonazo de chuches y artículos como lápices de labios, pinturas de ojos y de uñas…

El reparto directo por nosotros de todo el material ha sido uno de los momentos cumbres del viaje y solo puedo agradecer de corazón a todos los amigos que nos dieron la ropa (y hasta la maleta para llevarla…). Fue muy emocionante, ufff. Al igual que el viaje de Mozambique, este ha sido de nuevo un viaje "solidario" y queremos mantener esta filosofía cuando el destino al que viajemos se preste a este tipo de iniciativa.

VIDEOS DEL VIAJE:

Lago Inle y Bagan

https://youtu.be/hcTiWrNJgZA

Ngapali

Pasen y vean...
Birmania es el nombre con el que se le conocía antes de que la junta militar que tomó el poder recuperase en 1989 el nombre original de Myanmar previo a la ocupación británica. El 90% de la población practica el budismo. Es un país que ha sabido dar su propia personalidad a las influencias de China, Tailandia, Bangladesh, India y Laos, paises con los que limita. Posiblemente hayamos conocido un país que, tras décadas de represión, se conforma con ver, oir, aprender y vivir.

Muchos hombres llevan falda y chanclas, y "escupen" mucho….porque mascan una hierba que da a sus sonrisas un tono rojizo. Ufff no nos atrevimos a probar viendo sus encías… Es muy normal verles en cuclillas MUCHO tiempo, vaya tela. Además, mujeres y niños usaban como protección solar en sus mejillas una pasta, extraída de un árbol local, de un tono mucho más claro que su piel. Todo resultaba exótico y colorido y destilaba autenticidad por los cuatro costados.

El relativo aislamiento del país y su lento desarrollo económico han contribuido a preservar el medio ambiente y los ecosistemas naturales. Es uno de los países más pobres de Asia tras décadas de errática gestión, aislamiento y estancamiento económico.
Desde 1962 Myanmar fue gobernada por una dictadura militar responsable del atraso del país y de graves abusos de los derechos humanos, pero en 2011 hubo una transición política y estamos viendo medidas aperturistas como liberación de presos políticos, mejora de la libertad de prensa etc. Muchos países han eliminado ya las sanciones. Incluso Obama estuvo allí hace pocos meses. 

La incipiente democracia tiene varias lecturas. Por una parte el previsible desarrollo económico y su repercusión en la calidad de vida de la gente que hasta la fecha sigue padeciendo los mayores índices de pobreza del sudeste asiático sin perder por ello su eterna sonrisa, pero por otra parte el peaje sería muy alto si se mira desde la perspectiva de los viajeros que soñamos con perdernos por territorios inexplorados y sumergirnos en culturas intactas.

El precio de los hoteles es algo elevado porque hoy por hoy se sobrepasa la capacidad hotelera, si bien no se corresponde con el estándar de calidad que deberían demostrar (a esos precios). Los guias y empleados de los hoteles y restaurantes son serviciales pero poco eficientes, y pocos dominan el inglés…. Pésimo wifi en los hoteles por lo que hemos estado bastante incomunicados, adicional a que incluso no había cobertura de móvil en ningún sitio (diferente sistema celular?). Casi, mejor.

Myanmar es posiblemente uno de los destinos más misteriosos y desconocidos del mundo, hasta hace bien poco todavía bajo embargo estadounidense, y se puede estar convirtiendo en el país de moda del sureste asiático: en un año el número de visitantes ha crecido de 400.000 a 1 millón (pensemos que Tailandia recibe 20 millones/año).
Para visitar algunas zonas del país todavía es necesario un permiso especial. Los cambios que experimenta el país han calado en la gente, que vive en condiciones miserables pero que ve en los turistas una fuente de ingresos, aunque debo decir que, además de por sus templos y por el legado arquitectónico colonial, Myanmar llama la atención justamente por la amabilidad de su gente, que parece ser tímida y algo retraída, posiblemente por desconocer el inglés con el que se les habla, y por la novedad y sorpresa de verse interpelados por viajeros que se cuelan por sus mercados y casas y en sus restaurantes "locales", que han sido los que más hemos visitado, qué gozada (hemos probado "de todo", sin cortarnos nada). Precios muy bajos y sabores deliciosos. Buena cocina, pero reconozco que es cuestión de gustos...

Ha sido un viaje muy especial, intenso y plagado de anécdotas y experiencias muy gratificantes. Nada más llegar aterrizar en Yangón (a las 5am), tomamos de seguido ya el primer vuelo interno rumbo a Heho, tras el preceptivo cambio de moneda (1 USD = 1.000 MMK, muy fácil para calcular). Han sido 5 viajes en uno, todo muy variado y excitante. 4 vuelos internos, trayectos de 1h. max. en aviones medianos de hélices y aeropuertos bastante cutres.

Lago Inle

Dos noches. Uno de los sitios más aclamados del pais y que conserva un cierto aire bohemio. El hotel (http://www.myanmartreasureresorts.com/location-2/inle/) de verdad que impresionante (casas de un color marrón-tostado sobre el agua). En el lago, las casas sobre pilares se alternan con algunos hoteles, jardines flotantes y el tráfico de "traineras" y barcas todavía conducidas y remadas con una pierna mientras con las manos lanzan unas redes cónicas al fondo del lago, flipamos de verdad: es una técnica única de este pueblo de pescadores del norte de Birmania. 

No me hizo demasiada gracia ver a unas "mujeres jirafa" dejándose hacer fotos. En el  Lago (de 22km. de largo) todo resultaba insólito y asombroso, y está rodeado por dos cadenas montañosas que lo abrigan como si fueran manos. Hicimos una excursión de dia completo visitando varios pueblos y mercados locales, fábricas de barcos de madera, de seda,…. 

Super-interesante mezclarte con ellos y ver cómo viven. Tremendo y en lo que a mí respecta insuperable frente a otros destinos similares visitados, a excepción quizás de Sapa en el norte de Vietnam o ciertas zonas de Sumatra o norte de Colombia. Madrugadas y noches frías (10-12 graditos). En la terraza del hotel a la noche nos traían vino blanco (de Myanmar!!, muy rico) mientras acercábamos los pies a unas brasas. Fatal!!










































Bagan

Dos noches. Hemos quedado impresionados por su conjunto de templos en un paisaje desértico. Sus más de 3.000 pagodas y templos construidos entre los siglos XI y XII están considerados, junto con los templos camboyanos de Angkor, como uno de los conjuntos arqueológicos más importantes del mundo. Cuando el sol ilumina las pagodas éstas brillan como joyas y pueden verse desde una gran distancia. Quedamos fascinados cuando vimos un auténtico museo viviente que conserva la devoción de un pueblo. 
Estuvimos visitando varias de ellas y nos pareció algo insólito y es el centro neurálgico de espiritualidad para todos los países de la zona y desde luego uno de los enclaves más mágicos no sólo del sudeste asiático sino de todo el planeta. Lástima que no pudiésemos hacer un viaje en globo por la llanura con niebla al amanecer...aunque pudimos fotografiarlos. Costaba 300 usd por persona pero hubiera sido algo único en nuestra vida. Estaba todo reservado desde hacía meses. Demasiado caro. Bagan nos recordó en su conjunto al sobrecogedor templo de Borobudur en Java, otra de las maravillas del mundo, aunque éste rodeado de selva. Cenamos las dos noches en un restaurante local a pocos km. del hotel (la segunda incluso llevamos nosotros el vino que habiamos comprado en nuestro hotel). Parecíamos extraterrestres entre ellos. Delicioso.


El hotel (http://www.aureumpalacehotel.com/bagan.html), de lujo y con un concepto quizás algo "cancuniano", tenía dos piscinas y una posiblemente con unas de las mejores vistas del mundo, ahí es nada, como se ve en las fotos. Nos dimos un "swedish massage" full-body oil de escándalo. Solo en este hotel y en el de Yangón pudimos pagar con tarjeta: el resto de gastos, siempre en metálico…una putada.































NGAPALI

Cuatro noches. Nos alojamos en un pequeño hotel con encanto, Yoma Cherry Lodge (http://www.yomacherrylodge.com/index.html), en una playa "caribeña" preciosa con palmeras y separada de la más turística Ngapali Beach (de unos 4km.), y que tan solo compartíamos con otro hotel y tres "chiringuitos". La ubicación y la privacidad excelentes. Estábamos "solos", qué acierto. Aquí convencimos al dueño de un chiringuito –le dijimos que éramos chefs en España jjj- a que nos llevase a un mercado local a las 7,30am para comprar marisco fresco recién pescado (langostas vivas, enormes king prawns, tiger prawns, y gambas jjjj) y algunas verduras y que nos dejase preparar un salpicón de marisco y unas gambas al ajillo en su local. Precios muy bajos. 
El mercado nos fascinó, era de otra época. Radical. Las langostas las compramos en una especie de vivero. Ufff. Allí que nos metimos a picar la cebolla, el pimiento y el tomate, con aceite de oliva (que llevábamos de España), en fin, el resto de clientes alucinando (imagínaros un chiringuito de playa con 5 mesas en la arena, bajo una tejavana cutre y una mesa pa' flipar). Se llenó, al ver la que estábamos liando jaaj. Estuvo genial. Le explicamos en detalle al cocinero cómo hacerlo él mismo, no daba crédito.

Pero lo mejor de todo, y de todo el viaje, fue la entrega directa que hicimos en un colegio en Lintha, The Andrew Clark Trust (http://www.myanmar-aid.org/home.htm) de ropa y material escolar. Fuimos dos días seguidos, el primero con regalitos y juguetes y el segundo con los 50 kg de ropa y el material escolar. A pocos metros del hotel. Instalaciones muy humildes, niños algunos muy pobres, miradas perdidas y de asombro y lo mejor, su sonrisa cuando de uno en uno les íbamos dando una o dos prendas, según tallas y sexo. Muy emocionante, como verás en las fotos. Y el agradecimiento sincero de la directora del hotel, "Mummy Sue", sorprendida por el volumen de material, una inglesa que lleva 10 años en este pueblecito regentando el hotel y el colegio de inglés para 300 niños sin recursos (de 4 a 12 años). Incluso una fundación en Londres, que les ayuda, ya nos ha escrito para agradecer toda la ayuda que llevamos. Lo cierto es que fuimos cargadísimos.

El tiempo era espectacular y la playa –en una pequeña bahía- nos brindó unas puestas de sol increíbles y nos bañamos todos los días en un agua limpia y templada, lo cual agradecí enormemente…jjjj. El snorkel, malo, como ya sabíamos.

Pasamos la Nochevieja en un chiringuito de playa en Ngapali Beach. Negociamos el menú el mismo 31/dic por la mañana. Solo había gente local. Por 20 euros c/u nos pusimos hasta las trancas de langostas, langostinos y pescados del dia, imagínate: todo super-fresco. Tres botellas de vino en cubitera y pisando la arena junto a algunas fogatas que pusieron al lado nuestro. Qué descojono. Sin tele ni nada, nosotros mismos hicimos la cuenta atrás y comimos maíces troceados en vez de uvas. Luna llena, ron, calorcito y la sensación de sentirse privilegiado por estar allí…en unas tumbonas.


















































YANGON

1 noche. Nos coincidió con el Independence Day y había mercados cerrados. Terminamos en la ciudad principal (5 millones de habitantes), que no la capital actual, donde fuimos a ver al atardecer la Shwedagon Pagoda, un colosal y sobrecogedor templo de más de 2.500 años coronado por una estupa dorada gigante que centellea con los últimos rayos de sol, es el lugar más sagrado de un país que resuma espiritualidad por todos sus poros. Fue impresionante ver a la gente al atardecer, rodeándola caminando y todos los monjes pululando, en fin, nos quedamos alucinados. Todo lleno de velas y varas de incienso. Un "jubilado" birmano nos enseñó cómo el diamante que coronaba la estupa cambiaba de color dependiendo desde qué baldosa lo mirases. Ojo-pláticos. Antes, habíamos comido en Chinatown, un hervidero, en un restaurante en un callejón al aire libre al que nadie daría una oportunidad, jaaaj, todo muy rico, pero tela; somos unos valientes…jjj.

La ciudad es caótica de tráfico y gente pululando pero reconozco que cada vez me gusta más callejear por este tipo de ambientes, que ya vivimos en Jogyakarta (Java), Kuala Lumpur (Malasia), Singapur, o Hanoi y Ho-Chi-Min, en Vietnam. Una gozada y un espectáculo sensorial. Seguridad a tope.

















DOHA (QATAR)

1 noche. En la preparación del viaje, una necesaria escala de 20 horas nos convenció de la oportunidad de coger un hotel y conocer esta ciudad, tras haber estado ya dos veces en Dubai. Qatar es algo más radical que sus vecinos de Dubai, en términos de respeto a la religiosidad y a la "moralidad". Están preparando el Mundial de 2022 y se nota en el ritmo de las obras. Visitamos el antiguo Zoco, un poco de cartón piedra, pero muy bonito por la tarde oyendo los cánticos de la llamada a la mezquita. Un lugar para pasear y ser visto rodeando un enjambre de callejuelas con tiendas de ropa y tejidos muy coloridos con mucho olor a incienso…Comimos regular en un restaurante marroquí (por supuesto, solo con agua). 

Pero en fin a mí personalmente me gusta más Dubai, más moderna y cosmopolita (lo que en este tipo de ciudades tan artificiales me resulta paradójicamente más interesante) aunque en ambas se percibe la sobrada, el lujo en exceso y la exageración de todas las construcciones, como vimos palpable en el skyline de Doha. Los taxistas, unos jetas de p.m., si no negociabas antes te la metían doblada, aunque tuviesen taxímetro, como comprobamos por los precios de un taxi y de otro, al coger siempre dos.

Y no, esta vez NO hemos perdido la cámara de fotos jjjaj, pero Qatar Airways nos perdió las maletas en el trayecto Yangón-Doha (menos mal que al final llegaron a Madrid con nosotros) y estuvimos todo el día en Doha con la ropa puesta que traíamos de Myanmar, si bien supimos cómo compensar semejante putada: fuimos a un centro comercial (espectacular, con canales tipo Venecia y cielo con luz artificial) y compramos un montón de ropa cuyo coste (más de 800 eur) nos fue abonado por la aseguradora de la tarjeta de crédito, al haberse producido una "demora en la entrega de equipaje" de más de 6 horas. Ya nos pasó una vez en Ibiza y genial!, te reembolsan hasta la última "peseta". También me rompieron una rueda de la maleta pero luego, al llegar a Bilbao, puse la reclamación a Iberia y en menos de 48h. me enviaron a casa una maleta gigante nueva Samsonite rígida que te pasas. Increíble.


















El viaje ha sido absolutamente increíble. Myanmar aún es muy virgen en cuestión de turismo (era temporada "alta" y aun así hemos visto pocos turistas, que no saldrían de sus hoteles…entonces para qué van hasta allí?) lo cual valoramos mucho y es un puntazo a favor; es además extraordinariamente seguro, vuelos internos baratos, al igual que los taxis,… y no puedo más que recomendar a cualquier viajero que le guste conocer otras culturas y paisajes visualmente espectaculares, muy alejados de lo habitual, que se pierda unos días por allí para comprobar que aún quedan sitios impactantes en el mundo para explotar al máximo los 5 sentidos.

Para el año que viene, en verano posiblemente toque la aislada Jericocoará en Brasil, pasando antes por Río y Fortaleza, ahí andamos...TAP tiene buenos precios desde Bilbao. Sería la tercera vez que vamos a Brasil y siempre volvemos entusiasmados (Praia do Forte, Morro de Sao Paolo, Bohipeba, Natal, Pipa, Fernando de Noronha, el Brasil menos conocido y auténtico resulta siempre maravilloso).

Y para las próximas navidades tengo en cartera Namibia o Etiopía, y en caso de que a África (como nos ha pasado ahora que queríamos volver pero no hemos encontrado nada tan seguro como Mozambique, de nuevo no podamos ir), entonces recurriremos otra vez al sudeste asiático, que nos tiene TAN enamorados. Me queda Camboya, Laos y Tailandia, aunque esta última, tan aclamada, me sigue dando mucha pereza...

VIDEOS DEL VIAJE

Lago Inle y Bagan

https://youtu.be/hcTiWrNJgZA
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